“Existencia” tiene en los Filósofos de la Existencia un significado
único: sólo la existencia humana.
Para Sartre existir es simplemente estar en el mundo. Existir “es
simplemente être là”. Los existentes aparecen, se los encuentra, pero jamás se los
deduce. “Hay personas, me parece, que
han comprendido esto, y han tratado de superar esta contingencia inventando un
ser necesario y causa de sí mismo” (Sartre. La Náusea).
Según Kerkegard, padre del Existencialismo, la existencia, en un
sentido fuerte es una realidad vivida opuesta a la mera teoría.
Tengamos presente que Kerkegaard fue un pensador vehementemente
cristiano que en su discurso parte desde el
pecado original.
No temamos repetir: según Kerkegaard la existencia es subjetividad.
Los pensadores existencialistas posteriores a Kerkegaard: Heidegger,
Sartre, Marcel, etc. recurren, cuando exponen su doctrina, al método
fenomenológico.
¿Qué es la fenomenología? Es un método de investigación. Su fundador en
este caso es E. Husserl que está convencido de que su método deriva de Descartes.
Debemos distinguir en el Existencialismo el método fenomenológico y la
doctrina acerca de la existencia humana.
Pretende Hurssel que en nuestras
investigaciones nos atengamos “a las cosas mismas”. Que las intuyamos
(de intuir, mirar) omitiendo cualquiera connotación que pueda enturbiar nuestra
mirada. Pretende Hurssel que pongamos entre paréntesis a nuestra formación cultural, a nuestra
sensibilidad y que nos atengamos a las cosas mismas. Es el famoso paréntesis
fenomenológico o epojé.
La cultura occidental desde Parménides
se ha preguntado ¿qué es el ser? El mero ser. No éste ni aquél sino el
ser puro. Se ha preguntado acerca del
ser y no de los entes. Ha habido respuestas magníficas: Parménides,
Aristóteles, Santo Tomás, y en el siglo XVIII G. Berkeley. Respuestas notables
por su precisión, por su claridad y por su llaneza.
Heidegger contemporáneo nuestro se pregunta también: ¿qué es el ser?
El hombre – Dasein – es el ente privilegiado que al preguntar por su
ser descubre al Ser. Es el ojo que filtra y que filtrando aparta toda impureza
que opaque a la pureza del Ser. “Ser es siempre el ser de un ente” (Dasein).
Heidegger. Ser y Tiempo, introducción. I.
En nuestra búsqueda del Ser nos
ayuda mucho un algo muy conocido nuestro: la Angustia. La angustia patentiza lo
que somos. Lo que yo soy. ”Que la angustia descubre la nada confírmalo el
hombre mismo inmediatamente después que ha pasado. En la luminosa visión que
emana del recuerdo vivo nos vemos forzados a declarar: aquello de… y aquello por… lo que nos hemos angustiado
era realmente nada. En efecto, la nada misma, en cuanto tal, estaba allí”. Y
luego “la nada se descubre en la angustia” (Heidegger. ¿Qué es la Metafísica?).
La angustia patentiza lo que somos. En nuestro intento para hallar al
Ser hemos de dar con la nada. El Ser puro idéntico a la nada.
Son palabras de Hegel en su Gran Lógica; palabras que Heidegger
suscribe.
“La nada no es ya este vago e impreciso enfrente del ente, sino que se
nos descubre como el ser mismo del ente”. (¿Qué es la Metafísica?).
Y el ente de que se trata somos nosotros mismos.
Hemos intentado transcribir una vieja historia contada en difícil. La
encontramos con claridad meridiana en el Eclesiastés, v.9. También en los
Manuscritos Económico-filosóficos de
Carlos Marx.
Hasta pronto.
Ramón Menanteau Benítez