jueves, 29 de marzo de 2012

DEL HOMBRE (I)

Decir que el alma humana – según la terminología aristotélico-tomista – informa a  un cuerpo que aún no está organizado o que aún no tiene las condiciones para un  psiquismo superior  “es una herejía metafísica” (Padre  Sertillanges, en sus Tesis Tomistas).

El psiquismo propio del hombre es muy tardío.

Sertillanges habla del psiquismo superior en sus Tesis Tomistas, y otro Padre - Teilhard de Chardin - habla del pensamiento reflexión para referirse a ese psiquismo superior que caracterizaría al mutante humano.
 
Nada hay de “providencial” en la aparición del grupo zoológico humano. Todo se reduce  a una cuestión de mejor cerebro. (T. de Chardin, El Fenómeno Humano).
 
Ahora comprendemos porqué  antiguas iglesias cristianas postergaban el Santo Bautismo para asegurarse que lo recibía un hombre.
 
En fin,  ya sabemos que un hombre no se hace de la noche a la mañana.
Una constelación de factores naturales ha traído a la existencia a este bípedo implume, cruel, soberbio y tragón.
 
Así y todo, debemos reconocer que este antipático mutante ha suscitado humanismos diversos,  y, luego, cátedras de humanismos que permiten parar la olla a los humanistas.

                                                             Ramón Menanteau Benítez